Lamentablemente, el aborto espontáneo no puede prevenirse. Entre el 15 y el 20 % de todos los embarazos terminan en aborto espontáneo. El primer indicio suele ser un sangrado similar al de la menstruación. Sin embargo, al inicio del embarazo, es habitual que se produzcan sangrados sin que esto necesariamente indique algún problema. Durante un aborto espontáneo, el sangrado persiste hasta que el útero ha expulsado por completo el embarazo.
El sangrado suele ser más abundante que el de un periodo menstrual normal y puede contener coágulos de sangre. En ocasiones, es posible observar restos de tejido. Muchas mujeres también experimentan dolores menstruales intensos durante el sangrado. No es necesaria la atención de urgencia, y puedes esperar y ponerte en contacto con tu matrona o centro de maternidad para recibir orientación. Si estás experimentando un aborto espontáneo o ya ha comenzado en las primeras etapas del embarazo, lamentablemente no hay nada que se pueda hacer para detenerlo o prevenirlo. En la mayoría de los casos, el cuerpo se hace cargo por sí solo sin necesidad de atención médica.
No obstante, si además del sangrado sientes un dolor abdominal intenso en la parte inferior o en un lado del abdomen, o si el sangrado va acompañado de un deterioro general de tu estado de salud, debes buscar atención médica de urgencia. La combinación de sangrado con dolor en un lado del abdomen podría ser un indicio de embarazo ectópico, en el que el óvulo fecundado se ha implantado fuera del útero, normalmente en la trompa de Falopio. Si no se trata a tiempo, puede convertirse rápidamente en una condición que puede poner la vida en riesgo, ya que la trompa de Falopio puede romperse, causando una hemorragia significativa en la cavidad abdominal.
Aborto espontáneo diferido
El aborto espontáneo diferido, también conocido como aborto retenido, significa que el aborto se retrasa y que el cuerpo tarda un tiempo, a veces varias semanas, en expulsar al feto. Esto se revela por la aparición de sangrado o puede descubrirse durante una ecografía. A menudo, los síntomas del embarazo persisten aunque el feto ya no esté vivo.
Causas del aborto espontáneo
Cuando un sangrado conduce a un aborto espontáneo, la causa más común suele ser algún problema con el bebé, lo que lleva al cuerpo a expulsar el embarazo para empezar de nuevo. También puede deberse a una infección o a una enfermedad subyacente que aumente el riesgo de aborto. En la mayoría de los casos, el cuerpo logra expulsar todo el embarazo por sí solo, pero en ocasiones puede ser necesario realizar un procedimiento conocido como raspado para asegurarse de que el útero quede completamente vacío. El sangrado después de un aborto espontáneo debería disminuir gradualmente hasta desaparecer por completo.
En situaciones de abortos espontáneos recurrentes, suele llevarse a cabo una investigación para determinar si hay alguna causa subyacente y, en caso afirmativo, evaluar si esta es tratable. Si has tenido uno o más abortos espontáneos antes de este embarazo, es normal sentir un aumento de la ansiedad, la que puede persistir hasta el nacimiento del bebé, cuando puedes ver con tus propios ojos que todo está bien.
¿Puedo reducir el riesgo de aborto?
Es importante recordar que no puedes provocar un aborto espontáneo por estrés, ejercicio o levantamiento de objetos pesados. Tampoco puedes provocarlo volando en avión.
Sin embargo, cuando estás esperando un bebé, hay cosas que puedes hacer para cuidarte lo mejor posible, como:
- Mantener una dieta nutritiva y variada
- Hacer ejercicio de manera regular
- Descansar cuando te sientas cansada
- Evitar fumar y consumir alcohol o drogas
- Ser precavida con los medicamentos y, en caso de necesitar tomar alguna medicación, consultar siempre con tu matrona o médico
- Tomar ácido fólico adicional, ya que puede tener un efecto protector y disminuir el riesgo de malformaciones en el embrión
Fuente:
- Ajne, G., Blomberg, M. y Carlsson, Y. (2021). Obstetrik. Studentlitteratur.
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