Al principio se trata de ir conociendo al bebé y darse cuenta de cuándo tiene hambre y cuándo está satisfecho. Junto con el bebé tienes que ir viendo lo que funciona y lo que no. Es como una prueba de ensayo y error, y podría llevar tiempo. El proceso será más fácil si conoces y comprendes cómo funciona la lactancia.
Hay ciertos patrones que describen el funcionamiento del reflejo de expulsión, el comportamiento del recién nacido cuando tiene hambre y lo que pasa en el cuerpo al subir la leche. Reconocerlos te ayudará a comprender mejor las reacciones del cuerpo y del bebé, y contribuirá a que la experiencia de la lactancia sea positiva para ambos.
Reflejo de expulsión intermitente
Con la subida de la leche sentirás el reflejo de expulsión inducido por la succión de forma intermitente. El bebé succiona, succiona y toma, succiona, succiona y toma. Después quizás succione con menos fuerza un instante y sin tragar y después, por el reflejo de expulsión, comienza a succionar de manera activa nuevamente; succiona, toma y succiona, succiona y vuelve a tomar. La leche de los primeros días se llama calostro y no siempre se puede ver que el bebé está tomando leche.
La subida de la leche
Después de un par de días y cuando la leche ha subido los pechos suelen ponerse tensos, duros y enrojecerse. Es normal. El bebé podría tener dificultad para agarrar bien el pezón. Es común que succione bien el pecho en el hospital, pero no una vez que está en casa. Para realizar la presión inversa suavizante (PIS) de Cotterman, presiona la areola alrededor del pezón con los dedos durante aproximadamente un minuto.
Esto permite que la hinchazón externa disminuya, facilitando el agarre de la boca del bebé al pecho. También puedes extraer un poco de leche con la mano para "aliviar la presión" en el pecho; esto ablanda el pecho facilitando también el agarre del bebé.
Goteo del pecho
A medida que comienza a subir más la leche es habitual que los pechos goteen un poco de leche. Cuando el bebé succiona un pecho es normal que el otro gotee. Coloca un dedo sobre la areola un instante y dejará de gotear. También puedes recoger la leche con una copa especial que se vende en la farmacia. El goteo es común durante la noche y se suele mojar la cama. No será así siempre, solo se producirá durante unos días o semanas hasta que se haya regulado la producción de leche a la cantidad adecuada.
Fiebre
Con la subida de la leche podrías experimentar picos de fiebre. Es importante que no tengas dolor de vientre en combinación con la fiebre (podría tratarse de una infección en el útero) o síntomas de incomodidad en las vías urinarias (riesgo de infecciones urinarias). Si no tienes ningún otro síntoma más que incomodidad en los pechos, seguramente la fiebre se deba a la subida de la leche. El analgésico recomendado para bajar la fiebre los días posteriores al nacimiento del bebé es el ibuprofeno, en caso de que no seas alérgica.
Los pechos se distienden nuevamente
Con la subida de la leche los pechos se tensan hacia el tercer y quinto día debido al aumento de leche materna, pero también a un mayor volumen de sangre, los ganglios linfáticos y el tejido linfático. La inflamación disminuye luego, queda solo la leche materna y el pecho se distenderá nuevamente. Así que no te preocupes, la leche no disminuye cuando los pechos se desinflaman al cabo de unos días. La cantidad de leche será la misma.