En cada analítica de sangre se va controlando el nivel de hierro en sangre (la Hemoglobina). Un valor muy bajo de hemoglobina podría significar que tengas anemia.
En el embarazo es común que los niveles de hemoglobina vayan bajando puesto que hay un aumento del volumen total de sangre, (hasta un 50%) del cual solamente un 18% son células, el resto es plasma, por lo tanto, la sangre está más diluida de lo normal. Este tipo de anemia, es fisiológica durante el embarazo, se conoce como anemia gestacional, ya que la sangre necesita ser más fluida para atravesar fácilmente la placenta y transportar los nutrientes hacia el bebé. Durante el embarazo las demandas de hierro del cuerpo aumentan, por ello es bueno también saber si el cuerpo tiene reservas de hierro a través de la ferritina. Si los valores de ferritina están muy bajos se considera que la mujer tiene una anemia patológica. La anemia también puede deberse a la falta de vitamina B12, ácido fólico o a una infección.
Se considera anemia cuando se presentan valores de Hb inferiores a 110 hasta la semana 24+0 o inferiores a 100 después de la semana 34+0. Pero el diagnostico diferencial se debería hacer conociendo los niveles de ferritina, o sea las reservas de hierro.
Los síntomas de anemia incluyen: cansancio, falta de aire, palpitaciones, dolor de cabeza y mareos. El tratamiento dependerá de los niveles de hierro y el momento del embarazo, de modo que la matrona puede sugerir una dieta más rica en hierro y/o la toma de suplemento de hierro en comprimidos por vía oral.
Raramente y solo en casos severos, debe suministrarse hierro por vía intravenosa.
Algunos alimentos ricos en hierro son: carne roja, huevos, mariscos, morcilla e hígado. Si tu dieta es vegetariana o vegana los alimentos más ricos en hierro son: los productos integrales, las legumbres, las semillas y los frutos secos, siempre combinados correctamente para optimizar la absorción. A veces es necesario acompañar la dieta de un complemento vitamínico, especialmente B12, para aumentar los niveles de hierro en sangre. Puedes hablarlo con tu matrona.
Fuente:
- Lärobok för barnmorskor. Faxelid, E. Course literature 2001.
- Myles Textbook for Midwives. Fraser, D. och Cooper, M. Churchill Livingstone 2003.