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Así puedes prepararte

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Un buen consejo para todas las madres que deseen dar el pecho es prepararse para la lactancia antes de la llegada del bebé para que el comienzo de la lactancia sea una buena experiencia. Aquí compartimos consejos que te pueden servir para prepararte de manera mental y práctica.

Pechos El hecho de que los pechos se vuelvan más grandes, la areola más grande y/o más oscura, y que puedan sentirse sensibles y tensos, indica que se están preparando para la lactancia.

Algunas mujeres pueden comenzar a secretar una sustancia ligeramente amarillenta llamada calostro. Para algunas, esto puede ocurrir ya en la semana 16, para otras ocurre hacia el final del embarazo, y para otro grupo, el calostro puede no aparecer hasta que nazca el bebé.

Puedes intentar extraer el calostro manualmente durante el embarazo, a partir de la semana 37, para practicar y experimentar la sensación. Aquí te explicamos cómo:

  • Lávate las manos con agua y jabón.
  • Masajea ligeramente sobre el seno desde el pecho hacia el pezón. Esto puede ayudar a relajarte.
  • Forma con tus dedos una "C" justo fuera del borde exterior de la areola.
  • Mueve los dedos hacia el pecho, luego júntalos y muévelos hacia el pezón.
  • Mueve los dedos alrededor de la areola para estimular todo el seno.
  • Hazlo con delicadeza; no deberías sentir dolor.
  • Puedes estimular cada pecho durante 6-10 minutos, dos veces al día.

Nota: Si se extrae leche materna, la cantidad o el momento en que aparece el calostro no afectan la producción de leche ni la lactancia tras el nacimiento del bebé.

Si acumulas algunas gotas de leche, puedes congelarlas en un vaso para medicamentos con tapa o una jeringa de 1 ml, etiquetándolo con tu nombre, número de identificación personal y fecha. Mete el vaso o la jeringa en una bolsa de congelación pequeña y guárdala en el congelador. Cuando llegue el momento de ir a la sala de partos para dar a luz, lleva el vaso/jeringa con calostro dentro de una bolsa térmica junto con una compresa de hielo (que puede conservarse durante 24 horas) e infórmale a tu matrona que has traído calostro contigo.

Después del nacimiento, ten contacto piel con piel con el bebé durante las primeras dos horas, asegurándote de que sus vías respiratorias estén abiertas. Deja que el bebé encuentre el camino hacia el pecho y amamántalo antes de cualquier alimentación complementaria. Ofrécele primero el pecho. Si el bebé necesita alimentación suplementaria, ofrécele primero el calostro fresco y luego el calostro descongelado. Suministra el calostro con una cucharita o vaso para medicamentos.

El cuidado de los pechos se vuelve aún más importante durante la lactancia. Considera la posibilidad de no llevar un sujetador ajustado o constrictivo y mantén los pechos calientes si te resulta cómodo.

Sueño Al principio el bebé toma poco el pecho, pero a menudo. Podría tratarse de entre 10 y 12 tomas, quizás más, durante el día. El bebé necesita comer también por la noche (cada bebé es diferente) y seguramente vas a poder dormir poco durante las primeras semanas. Tienes que intentar descansar durante el día y aprovechar a dormir cuando duerma el bebé. Las tareas de la casa y otros deberes cotidianos pueden esperar, o que los haga tu pareja. Prioriza el descanso y el sueño; a la larga será lo mejor para la lactancia, para ti misma, y para el bienestar del bebé y de la familia en general.

Temor a la lactancia Si sientes temor o preocupación frente a la lactancia porque ya has dado el pecho antes y fue difícil o porque crees que parece incómodo dar el pecho, podrías hablarlo con tu matrona o el centro de maternidad. Si no tienen la posibilidad o el conocimiento para asesorarte podrías acudir a algún servicio de apoyo a la lactancia para tener una charla preparatoria. El objetivo no es siempre lograr una lactancia exclusiva. Podría ser dar el pecho y el biberón o establecer un plan para que tener un comienzo positivo de la lactancia y que el tiempo con el recién nacido sea una experiencia positiva para ambos. Eres tú la que elige qué objetivos tener.

Si has dado el pecho antes No importa si ya has dado el pecho antes o cómo haya sido al experiencia. Lo importante es recordar que cada lactancia es nueva y diferente. El bebé que esperas en esta ocasión es diferente al bebé que has tenido antes, tiene una personalidad distinta y condiciones únicas. Por eso no se pueden comparar las experiencias de lactancia. Si tu experiencia ha sido positiva te servirá para confiar en que esta lactancia también será exitosa. Si no ha sido buena ya durante el embarazo podrías hablar con una matrona o reservar un turno en algún servicio de apoyo a la lactancia para ayudar a prepararte mentalmente. Sea como sea, será una lactancia diferente y no hay razón para que no funcione esta vez.

Se recomienda tener en casa

  • Vas a notar que dar el pecho aumenta la sed. Te recomendamos tener a mano bebidas que te gusten como, por ejemplo, zumos, smoothies, etc. Vas a necesitar tomar líquidos que te aporten calorías (quemarás muchas calorías al dar el pecho). Tomar solo agua no será suficiente.
  • No es necesario comprar cojines de lactancia ni sillas especiales para dar el pecho. Un cojín normal y corriente que sea firme suele ser suficiente como apoyo donde descansar los brazos. Prueba dar el pecho en el sillón, sofá, silla o cama que tengas y encuentra la posición que más te guste a ti y al bebé. Si después sientes que necesitas completar con algún accesorio que te facilite la lactancia, podrás comprarlo en base a tus necesidades específicas.
  • A algunas mujeres les gusta usar protectores para la lactancia en el sujetador, pueden ser de papel o de lana, para recoger la leche que sale antes y después de las tomas.

Después del nacimiento Siempre te resultará más sencillo si sabes reconocer el comportamiento del recién nacido, y conoces sus capacidades y necesidades, cómo reaccionará tu cuerpo y la mejor manera de iniciar el periodo de lactancia.