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Baja por maternidad/paternidad

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Hay pocas palabras más confusas que el término «baja» por maternidad o paternidad. Desde el punto de vista del mercado laboral quizás si se aplique la noción de estar de baja y sin trabajar, pero no en el significado original de la palabra. Para todos, menos para el que se queda en casa de baja con el niño, este período significa tomárselo con mucha calma y disfrutar dando mimos al bebé. Los que ya tenemos experiencia en esto sabemos muy bien que el ritmo de vida durante esa baja es mucho más frenético que el laboral.

No nos damos cuenta de la poca libertad que tendremos de licencia. Se trata de un conocimiento al que solo tenemos acceso una vez que vivimos la experiencia por nosotros mismos. Compartir la baja enriquece esa conocimiento mutua y además aumenta la posibilidad de decidir tener más hijos juntos y seguir casados o en pareja. Además, uno desarrolla una relación más cercana con su hijo al quedarse con él en casa y ocuparse de sus cuidados.

Más allá de lo ideal que puede ser compartir la baja, la realidad es que nos rompe el corazón cuando tenemos que comenzar a trabajar y nuestra pareja comienza su baja. Para el que ha estado en casa desde el nacimiento del bebé es durísimo tener que pasar de estar compenetrado con el niño todo el día a verlo tan solo por las noches y los fines de semana. Y el que comienza la baja está preocupado ante la responsabilidad de cargar sobre sus hombros con el cuidado del niño que ni siquiera habla todavía. Es por ello que se suele recomendar tener un período de transición para que el cambio no sea brusco para ninguno de los implicados. Por ejemplo, si la baja comienza de forma simultánea con las Navidades o las vacaciones de verano el cambio suele ser menos brusco. De todas formas, para asegurarnos de que nuestra opción funcionará necesitamos planificar con tiempo y programar la baja.

Ponte de acuerdo sobre las rutinas del niño y sus cuidados Lo mejor para el niño es que la persona que pronto estará de baja comience a ocuparse gradualmente más y más de él. Si el niño tiende a querer estar únicamente con la persona que lo ha cuidado hasta el momento, entonces esa madre o padre debería intentar no atender al niño por las noches o los fines de semana y que lo atienda la pareja. De esta forma será más fácil para el niño y el que toma la baja encontrar nuevas rutinas. Ponte de acuerdo además sobre la coherencia que deseas tener en los cuidados. ¿Prefieres que cada uno tenga sus propias rutinas o las mismas para ser más coherentes? Por supuesto que la personalidad del niño pesará al tomar esta decisión. Algunos niños necesitan estructuras muy definidas para sentirse bien y seguros, mientras que otros no. Pero el niño podría llegar a sorprenderte. Es posible que hasta ahora hayas considerado sagradas las rutinas que le has enseñado, pero que a la semana siguiente, el niño se adapte perfectamente a la forma que tiene el otro progenitor de hacer las cosas.

Buscad un consenso sobre cómo interpretar y adoptar la información y los consejos que recibes de la madre o el padre que haya estado de baja anteriormente. Es mejor preguntar si puedes dar un consejo. Recuerda que todos somos muy diferentes y algunos prefieren preguntar si lo consideran necesario en lugar de que les dejes un cuaderno lleno de anotaciones bien precisas.

En una entrevista realizada a padres y madres que han estado de baja en casa, los entrevistados responden que sin ninguna duda es una experiencia que recomiendan. La razón principal no son precisamente todas las tareas domésticas a las que tuvieron que dedicarse, sino más bien al tiempo de incalculable valor que han podido pasar junto al bebé. Es maravilloso poder compartir la maternidad o paternidad, pero tener la posibilidad de tener la exclusividad del niño es algo muy especial.

Cada familia tiene su método

Aunque estés en pareja y tengáis una relación familiar de igualdad es posible que no optéis por compartir la baja. Cada persona y cada familia es única y no existe un modelo universal que se adapte a todos. Por supuesto que es posible de todas formas compartir la responsabilidad para que la madre o el padre que trabaja fuera se ocupe de ciertas cosas en lo referente al niño. Los momentos en que la madre o el padre que trabaja toma las riendas de la responsabilidad principal en casa son importantes para todos en la familia; para el niño que aprende a dirigirse a ambos y no solo al que se queda en casa para cuidarlo durante el día, y para los adultos dado que aumenta la autoestima de esa madre o padre y también sus sentimientos maternales o paternales.

Si no estás en pareja, cuentas con la ventaja de poder aprovechar tú toda la baja. Sin embargo, sentirás la necesidad de recibir ayuda y tomarte una pausa después de un tiempo de llevar la carga sin apoyo. La gran diferencia es poder contar con adultos que tengan una presencia activa en la vida del niño y en quien puedas confiar. No hace falta que sea un familiar o pariente cercano. A veces podría tratarse de un vecino que se preocupa por ti. Es igual. El efecto es el mismo. Los niños, por suerte, no tienen exclusividad con los lazos biológicos siempre y cuando estén rodeados de mucho amor y cariño.

Fuente:

  • Bergström M., (2021) Lyhört föräldraskap. Bonnier Fakta
  • Bergström M., (2012) Att bli mamma. Tankar och känslor kring att vänta, föda och leva med barn. Bonnier Fakta