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Cuando aparecen calambres en las piernas

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Los calambres en las piernas, las pantorrillas o los pies son frecuentes durante el embarazo. Muchas mujeres los experimentan sobre todo por la noche o al final del día, y pueden resultar tanto dolorosos como inesperados. Aunque los calambres pueden ser intensos, por lo general son inofensivos y existen varias formas de prevenirlos y aliviarlos.

¿Por qué ocurren los calambres durante el embarazo?

Mayor carga sobre los músculos – al aumentar el peso corporal, cambia la forma en que se cargan las piernas y los pies. Los músculos trabajan de manera diferente a la habitual, lo que puede hacerlos más propensos a sufrir calambres.

Cambios en el flujo sanguíneo – el embarazo afecta la circulación. El flujo sanguíneo hacia las piernas puede verse alterado, lo que facilita la aparición de calambres, especialmente por la noche, cuando la circulación es más lenta.

Mayor presión sobre nervios y vasos sanguíneos – a medida que tu útero crece, puede ejercer presión sobre los nervios y vasos que suministran las piernas. Esto puede aumentar la probabilidad de calambres, particularmente en el tercer trimestre.

Cansancio y sobreesfuerzo – los músculos fatigados o tensos pueden contraerse con mayor facilidad. Pasar mucho tiempo sentada, estar de pie durante periodos prolongados o realizar mucha actividad física puede empeorar las molestias.

¿Qué puede ayudar a aliviar los calambres?

1, Estira tus músculos, especialmente antes de acostarte. Estirar lentamente las pantorrillas y los pies antes de ir a la cama puede reducir el riesgo de calambres nocturnos.

  1. Mantente activa. La actividad regular, el ejercicio regular, como caminar, el entrenamiento de fuerza suave o practicar yoga para embarazadas, puede mejorar la circulación y hacer que los músculos sean menos propensos a los calambres. Un truco sencillo del día a día es hacer elevaciones de talones mientras te cepillas los dientes. Esto activa los músculos de la pantorrilla, aumenta el flujo sanguíneo y ayuda a prevenir los calambres nocturnos sin requerir tiempo extra.
  2. Bebe suficiente agua. La hidratación ayuda a que los músculos funcionen correctamente. Cuando el cuerpo está deshidratado, los músculos se vuelven más sensibles a los calambres.
  3. Descansa cuando lo necesites, pero evita estar sentada demasiado tiempo. Encontrar un equilibrio entre actividad y descanso es importante. Los periodos prolongados de inactividad pueden aumentar el riesgo de calambres.
  4. Masajea la zona con calambres. Masajear suavemente la pantorrilla puede ayudar a que el músculo se relaje después de un calambre. En algunos casos, aplicar calor también resulta beneficioso, por ejemplo con una ducha caliente o una bolsa térmica.
  5. Utiliza medias de compresión si lo necesitas. Las medias de compresión pueden mejorar la circulación en las piernas y reducir la hinchazón, lo que a su vez puede disminuir la probabilidad de calambres.

¿Cuándo deberías consultar con un profesional sanitario?

Los calambres casi siempre son inofensivos, pero es recomendable consultar si:

  • los calambres son muy intensos o no desaparecen
  • experimentas hinchazón o dolor en una sola pierna
  • la zona está caliente o enrojecida

Estos síntomas pueden necesitar evaluación por parte de una matrona o un médico.

Fuentes: