Estar en contacto piel con piel significa que el bebé está tumbado en posición de ranita, boca abajo sobre su tripita, desnudo y con solo el pañal puesto, y con las vías respiratorias libres (para poder respirar por la nariz sin problemas). El bebé siente el calor de tu cuerpo y tu olor, y oye los latidos de tu corazón (al igual que durante el embarazo). Se recomienda que el bebé esté en esta posición todo el tiempo posible justo después del nacimiento, o tan pronto sea posible, hasta que el bebé succione y se quede dormido, ya que favorece la lactancia. Según indican los estudios, tener al bebé piel con piel ayuda también a fortalecer el vínculo entre el bebé y los padres.
Piel con piel desde el nacimiento
En la actualidad se recomienda tener al bebé piel con piel todo el tiempo posible después del nacimiento hasta que succione el pecho o se quede dormido. Si el bebé y la madre tienen que separarse por cuestiones médicas, el bebé puede estar piel con piel con el papá o la otra mamá que no ha dado a luz. Si no es posible hacerlo durante los primeros días de vida, adopta está posición piel con piel en cuanto puedan estar juntos.
Beneficios para el bebé
Estar piel con piel con el bebé inicia un círculo positivo. El bebé mantiene una temperatura corporal adecuada, llora menos, utiliza menos reservas de glucosa. Hay estudios que han podido demostrar que el bebé tienda a succionar el pecho antes, no necesita el biberón de la misma forma (con leche de fórmula), solo toma el pecho y lo hace más y durante un periodo más largo, y la madre sufre menos complicaciones. Los estudios también demuestran que estimula el vínculo emocional.
Piel con piel en una posición segura
La posición piel con piel que es segura para el bebé es cuando puede respirar con comodidad por la nariz, y el adulto está despierto y atento al bebé en todo momento. Si vas a dormir tiene que haber algún otro adulto en la habitación que le preste atención al bebé para asegurarse de que en ningún momento, mientras estéis piel con piel en esta posición, se bloquean las vías respiratorias.
Para resumir, podríamos decir que el contacto piel con piel inmediatamente después del nacimiento, incluso también después, fomenta la lactancia y el vínculo entre el bebé y los padres. Lo mismo sucede en el fortalecimiento del vínculo entre el bebé y el padre o la madre que no ha dado a luz.