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Trastornos comunes del embarazo

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Los cambios hormonales durante el embarazo producen cambios en el cuerpo que le afectan de diferentes maneras para que el bebé pueda crecer y desarrollarse en el útero. Sin embargo, los cambios hormonales pueden ser molestos y afectarte de diversas formas.

Algunas mujeres no experimentan ninguna dificultad, mientras que otras tienen molestias de vez en cuando. Es posible también sufrir dolores durante todo el embarazo.

Resumimos los síntomas más comunes que podrías tener en algún momento del embarazo.

Náuseas

Se trata de una molestia muy común. Las náuseas suelen comenzar alrededor de la cuarta semana cuando se disparan las hormonas del embarazo. Los peores síntomas se suelen sentir entre la semana 7 y 10 y disminuyen entre la semana 12 y 14. Algunas mujeres experimentan una leve sensación de malestar, especialmente por la mañana. Es posible tener náuseas y vómitos a diario durante un tiempo. Muy pocas veces se trata de náuseas y vómitos de carácter grave durante todo el embarazo. Cuando ocurre es una hiperémesis gravídica y, a veces, los síntomas son tan fuertes que la mujer tiene que estar ingresada y recibir suero. Habla con tu matrona o tocólogo si tienes mucho malestar.

Es importante aclarar que el cuerpo siempre le aporta al bebé la nutrición necesaria para su desarrollo, así que no te preocupes porque los vómitos no afectan su crecimiento.

Desgraciadamente, no hay nada que sirva para detener las náuseas, pero sí recetas caseras que han demostrado su eficacia para aliviar los síntomas:

  • Come algo en la cama antes de levantarte si sufres náuseas matutinas.
  • Toma porciones pequeñas más a menudo.
  • Come jengibre.
  • Evita olores fuertes que podrían provocar las náuseas.
  • La acupuntura ha demostrado ser una alternativa eficaz.

Si tienes vómitos, asegúrate de tomar suficiente líquido para evitar una posible deshidratación. Descansa y evita el estrés. Pídele consejo a la matrona o tocólogo antes de tomar cualquier medicamento contra las náuseas.

Cansancio

Es común sentir cansancio a pesar de dormir lo necesario. Suele ser mayor al comienzo del embarazo cuando los cambios hormonales son más marcados. Para gestionar tu vida diaria y tu trabajo mejor durante este período es probable que necesites planificar e incluir en tu agenda tomar una siesta durante la jornada.

El cansancio más las náuseas suelen ser una combinación muy difícil de soportar para algunas mujeres. Quizás te sirva de consuelo saber que al período de mayor cansancio le suele seguir una etapa de energía; el segundo trimestre. Hacia el final del embarazo el cansancio es resultado del peso extra y el sueño interrumpido por las noches. Con el crecimiento de la tripa se hace más difícil encontrar una posición cómoda al dormir.

Otra causa podría ser la falta de hierro que se soluciona fácilmente incorporando a la dieta un complemento de hierro.

Estreñimiento

El tránsito intestinal más lento y el estreñimiento es un trastorno común durante el embarazo; la hormona de la progesterona que hace que el intestino pierda la capacidad de contraerse y se ralentiza su actividad. Los complementos de hierro también podrían causar estreñimiento. Te recomendamos una alimentación rica en fibra que contenga muchas verduras y cereales integrales, y tomar mucha agua. El ejercicio físico también es importante; salir a caminar, practicar aerobic acuático, yoga o bailar ayudan al mejor funcionamiento del intestino.

Acidez

Es común tener acidez y reflujo gástrico durante el embarazo. La acidez se produce cuando el músculo entre el estómago y el esófago se relaja y no puede evitar que el ácido del estómago pase hacia el esófago. Para evitar o aliviar la acidez intenta no consumir grasas ni comida muy condimentada o ahumada. Intenta comer menos pero más a menudo. No te tumbes ni inclines hacia adelante directamente después de una comida. Hay remedios de venta sin prescripción médica. Pídele a la matrona que te recomiende algún medicamento que reduzca la acidez.

Dolores de espalda

El útero se vuelve más pesado y aumenta la carga sobre los músculos, las articulaciones y los ligamentos, especialmente en la zona lumbar. Muchas embarazadas incluso arquean la espalda con el crecimiento de la tripa, lo que genera un estrés mayor en los músculos de la espalda. Se trata de un dolor que empeora hacia el final del embarazo.

Si tienes dolores en la espalda te recomendamos que hagas pausas a menudo para aliviar la carga y puedas soportar mejor la molestia; prueba a recostarte de lado con ambas piernas flexionadas y un cojín entre las rodillas y los pies. Te resultará agradable y descargará la tensión. La actividad física y un plan de ejercicio adaptado podrían ayudar a prevenir dolores al fortalecer los músculos de la espalda para que puedan soportar mejor el peso.

Problemas urinarios

El deseo frecuente de orinar es normal y no tiene por qué ser síntoma de ninguna complicación. El motivo es el aumento de la producción de orina durante el embarazo y el aumento de tamaño del útero que oprime la vejiga.

El riesgo de contraer una infección urinaria es mayor durante el embarazo. Si no se trata podría derivar en contracciones tempranas y, en el peor de los casos, adelantar el proceso de parto. Por ello es importante que recibas el tratamiento adecuado en el caso de contraer una infección. Si sientes necesidad de orinar muy a menudo o si tienes picazón o dolor en la parte baja del vientre, ponte en contacto con tu matrona o tocólogo.

Problemas dentales

El embarazo inflama las mucosas bucales y modifica las características de la saliva. Disminuye además la capacidad inmunológica contra ataques bacterianos, lo que conduce a una mayor propensión a que se inflamen las encías y a las caries. El riesgo aumenta aún más debido a los antojos de comer algo dulce y de comer a menudo (lo que suele aliviar las náuseas). Necesitas cuidar la higiene bucal más que nunca durante el embarazo. Utiliza crema dental con flúor, hazte enjuagues con flúor y utiliza un cepillo interdental para realizar una limpieza profunda entre los dientes. Durante el embarazo es común que las encías sangren con mayor facilidad al cepillarse los dientes. Cepíllate con cuidado.

Mucosas inflamadas

Durante el embarazo aumenta la cantidad de sangre en el cuerpo y las mucosas (principalmente de la nariz, boca y genitales) se inflaman, aumentan de grosor y sangran con más facilidad.

Es más habitual sufrir congestiones y hemorragias nasales, por ejemplo. Utiliza un spray nasal a base de una solución salina para cuando tengas la nariz tapada. Es más recomendable que las gotas nasales descongestionantes de venta sin receta médica ya que estas aparentemente empeoran el problema si se utilizan más de una semana. Muchas embarazadas sienten molestias de este tipo durante todo el embarazo y por eso se recomienda el spray nasal (las gotas nasales son ideales en el caso de resfriados cortos, por ejemplo).

A menudo la hinchazón nasal empeora al recostarse y es común roncar más durante el embarazo. Si roncas, eleva la almohada con algunos cojines.

Hinchazón en los pies y las piernas

Durante el embarazo se suelen hinchar las piernas, los pies y las manos. Se debe a la retención de líquido en el cuerpo. El exceso se acumula en los brazos y las piernas. Junto con el crecimiento de la tripa es cada vez más difícil ponerse los zapatos o llevar anillos en los dedos. Los síntomas suelen intensificarse después de una larga jornada laboral o con las altas temperaturas del verano. El síntoma puede remitir si llevas medias o calcetines de compresión o si descansas las piernas en alto. Si optas por los calcetines recuerda ponértelos temprano por la mañana antes de que el líquido haya hinchado las extremidades.

Flujo vaginal

Se suele tener mucho flujo vaginal durante el embarazo. Se debe a que el tejido vaginal tiene mayor cantidad de sangre y produce flujo con más facilidad. El flujo es blanquecino y prácticamente inoloro. Si experimentas picazón, escozor o el flujo tiene un olor desagradable podría tratarse de alguna infección. Ponte en contacto con la matrona o el tocólogo en ese caso.

Problemas con el sueño

La calidad del sueño nocturno se ve afectada por el crecimiento de la tripa y es común despertarse a menudo, lo que a su vez conlleva mayor cansancio. Es habitual levantarse para orinar a menudo y tener dolores de espalda, por lo que necesitarás cambiar de posición varias veces durante la noche. Se recomienda dormir de lado. Ten preparados varios cojines y procura que el dormitorio tenga una temperatura fresca. Si las noches son demasiado complicadas, quizás te sirva de ayuda programar siestas durante el día para tener más energía.

Hemorragias

El sangrado vaginal al comienzo del embarazo puede causar preocupación, pero una pequeña hemorragia no es necesariamente una señal de que algo va mal.

Hay varias causas de hemorragias durante el embarazo como, por ejemplo, mucosas inflamadas, leve sangrado del tapón del cuello uterino, placenta previa (cuando la placenta se ubica en la parta más baja de la matriz), infecciones vaginales o aborto espontáneo. La mayoría de los abortos espontáneos se producen antes de la semana 12. Algunas mujeres ni siquiera saben que están embarazadas y creen que la hemorragia se debe a un sangrado menstrual.

Consulta siempre a tu médico si tienes sangrado con dolor o si la hemorragia es importante. Si el sangrado se produce durante la segunda parte del embarazo debes recibir atención médica de inmediato.

Varices

Todo embarazo representa una carga extra para las venas del cuerpo, los vasos que transportan la sangre de vuelta al corazón. Los músculos de los vasos sanguíneos se relajan durante el embarazo y los vasos se ensanchan al mismo tiempo que aumenta la presión sobre las piernas. Es posible que alguna vena se agrande más de lo normal y se produzca una variz. Las varices suelen aparecer en las piernas y las pantorrillas, pero también en los genitales.

Los calcetines de compresión alivian los síntomas al facilitar la circulación de la sangre en el cuerpo. Te recomendamos poner las piernas en alto en una silla o sobre un cojín en el sofá de vez en cuando para evitar la hinchazón y aliviar el peso de las piernas. Algunas varices desaparecen completamente después del embarazo.

Hemorroides

Se trata de una complicación que molesta pero que, por lo general, es inofensiva. Los síntomas comunes de las hemorroides suelen ser sangrado, escozor o picazón alrededor del ano. El estreñimiento típico del embarazo podría empeorar los síntomas. Se recomienda lavar la zona con agua después de ir al baño y secarla con cuidado. Si te resulta muy incómodo puedes conseguir remedios que alivian el dolor y calman la picazón. Consulta siempre antes con el médico.

Mareos

Es muy común sentirse mareada al principio del embarazo porque se produce una bajada de la presión sanguínea. En parte de debe a que se diluye la sangre y en parte a la hormona de la progesterona que relaja las paredes de los vasos sanguíneos. Si sueles tener la tensión baja, te sentirás muy mareada sobre todo al incorporarte de repente o al estar de pie un rato. Si además tienes bajos los niveles de hierro, tendrás más propensión a sufrir mareos. Un complemento de hierro podría servirte.

Cuando estás acostada de espalda es probable que tengas mareos y sientas que te vas a desmayar porque el útero es pesado y ejerce presión sobre un vaso sanguíneo que se llama vena cava. Se trata del síndrome de la vena cava. Intenta no acostarte de espalda para evitarlo.

Preeclampsia

En la segunda parte del embarazo vuelve a subir la presión sanguínea. Si sube demasiado podría ser signo de preeclampsia. No es común tener preeclampsia, pero es importante que conozcas los síntomas. Algunos de ellos podrían ser:

  • Dolor de cabeza
  • Cambios en la visión
  • Dolor debajo del arco derecho de las costillas
  • Náuseas y vómitos
  • Hinchazón brusca en las manos, pies y rostro
  • Malestar general

La preeclampsia hace que desarrolles una mayor sensibilidad a las partículas del bebé o la placenta y el cuerpo sufre una reacción. Se suele detectar con un control rutinario de la tensión sanguínea. La mayoría de las mujeres suele tener un tipo de preeclampsia leve y fácil de tratar. Sin embargo, hay casos que requieren de una atención intensiva en el hospital. Si sufres de uno o más síntomas, acude a emergencias de inmediato.

Cambios en la piel

Las hormonas afectan el tejido elástico de la piel y aparecen líneas rosas, rojizas o amoratadas cuando la dermis se estira. Se llaman estrías y suelen aparecer en la tripa, los pechos y los muslos. Palidecen después de dar a luz y se vuelven un tanto plateadas, pero no es común que desaparezcan totalmente. Incluso podrías tener cambios en la pigmentación de la piel, con manchas marrones en la cara y el cuerpo. Tomar sol aumenta el riesgo de manchas; ten cuidado con el sol y utiliza siempre protección solar.

Fuente:

  • Myles Textbook for Midwives 16th edition Jayne Marshall Maureen Raynor