Vomitar durante el embarazo es algo frecuente, sobre todo durante los primeros meses. Cuando estás embarazada, las hormonas cambian rápidamente, lo que puede hacer que el cuerpo esté más sensible a los olores, los sabores y el estrés.
Aunque puede resultar agotador y frustrante, los vómitos suelen ser completamente inofensivos tanto para ti como para el bebé. Existen varias formas de aliviar las molestias y hacer el día a día un poco más llevadero.
¿Por qué ocurren los vómitos durante el embarazo?
Al principio del embarazo, los niveles de hormonas que afectan el sistema digestivo aumentan. Esto puede provocar náuseas y vómitos. También puedes volverte más sensible a olores y sabores, por lo que los aromas que antes parecían neutros pueden desencadenar náuseas de forma repentina. No hay que olvidar que el cuerpo trabaja intensamente durante esta etapa.
La fatiga, la falta de sueño y el estrés pueden influir en cómo te sientes y a veces empeorar las náuseas. Una teoría habitual es que las náuseas y los vómitos pueden ser una forma en la que el cuerpo protege a la madre y al bebé al inicio del embarazo, cuando el cuerpo está especialmente sensible.
¿Cuándo son normales los vómitos y cuándo conviene buscar ayuda?
Para la mayoría de las mujeres, los vómitos forman parte del primer trimestre y suelen disminuir alrededor de las semanas 12 a 14.
Contacta con tu matrona o con un profesional sanitario si:
- no consigues retener líquidos
- estás perdiendo peso
- te sientes deshidratada, mareada o débil
- rara vez necesitas orinar o tienes orina oscura
- vomitas varias veces al día durante un período prolongado
Estos pueden ser signos de hiperémesis gravídica, una forma severa de náuseas que requiere evaluación médica y a veces tratamiento.
¿Qué puede ayudar con las náuseas o los vómitos?
- Come pequeñas cantidades con frecuencia – comer poco pero a menudo puede reducir las náuseas y ayudar a mantener niveles estables de azúcar en la sangre.
- Elige alimentos fáciles de digerir – los alimentos suaves como pan, yogur, fruta, sopa o galletas suelen tolerarse mejor.
- Bebe pequeñas cantidades cada vez – pequeños sorbos de agua, hielo o caldo pueden ser más fáciles de tolerar.
- Evita los olores fuertes – puede que la comida fría, que desprende menos olor, funcione mejor que la caliente. Intenta también reducir la exposición a los aromas que te provocan náuseas.
- Descansa, pero mantente activa – dormir y recuperarte es importante, pero muchas mujeres notan que el movimiento marca una gran diferencia. Pasear o practicar yoga para embarazadas puede ayudar a calmar las náuseas, reducir tensiones y hacerte sentir más estable. Algunas mujeres notan que la respiración y los movimientos suaves ayudan a aliviar las náuseas y aportan mayor calma al cuerpo.
- Reduce las exigencias en días difíciles – las náuseas y los vómitos a menudo mejoran con el tiempo. Cuídate y permítete hacer menos cuando tu cuerpo lo necesite.
Fuentes:
- 1177.se
- ACOG (American College of Obstetricians and Gynecologists)
