Bebé
Al inicio de esta semana el bebé mide alrededor de 45 cm desde la cabeza hasta los pies y pesa aproximadamente 2,59 kg, al final de esta pesará alrededor de 2,76 kg. El bebé acumula grasa para la vida fuera del útero. Los movimientos del feto pueden cambiar y volverse más bruscos. Puede que veas un codo o un talón que sobresale en tu tripa. ¡Quizás hasta un pie entero!
Aunque ahora el bebé tiene menos espacio, debes sentir sus movimientos todos los días. Tal vez cambien de forma, pero no de frecuencia. Un buen consejo es que aprendas a reconocer los movimientos de tu bebé, de modo que te des cuenta si algo cambia. Confía en tu instinto. Si crees que algo no va bien, acude inmediatamente a tu centro de salud.
Mamá
Es probable que el bebé ya haya bajado hasta la pelvis o que aún se le pueda mover la cabeza. La matrona lo comprobará en todas las visitas previas al parto que quedan. Algunos bebés no se colocan hasta que empiezan las contracciones o rompes aguas.
Si tu bebé está al revés, es decir, de nalgas, te preguntarán si quieres que te practiquen una versión cefálica externa en el hospital. El objetivo de esta maniobra es que el bebé se coloque con la cabeza hacia abajo, según la forma de tu pelvis y de su propia cabeza. Esto sirve para facilitar el parto. En general, no hay ningún problema en dar a luz a un bebé en presentación podálica, aunque al bebé le cuesta más nacer de nalgas. Por eso, podría ser necesario interrumpir el parto y practicar una cesárea.
Si optas porque te practiquen una versión cefálica externa, te harán esta maniobra en el hospital. Primero, te darán medicación para relajar el útero, dado que es un músculo. Un ginecólogo intentará girar al bebé presionándote el abdomen para que se dé la vuelta hacia adelante.
Tú eres quien decide si quieres que te practiquen una versión cefálica externa o no. Aproximadamente el 50 % de estas maniobras tienen éxito y el bebé se coloca con la cabeza hacia abajo.
Si la maniobra no sale bien, pregunta qué otras opciones tienes y qué política siguen en estos casos en el hospital o clínica donde vayas a dar a luz. En la mayoría de los hospitales de España, los bebés en posición de nalgas nacen por cesárea, aunque en algunos centros sí pueden hacerlo mediante parto natural.
En tu hospital o maternidad te facilitarán información detallada al respecto. También puedes hablar con tu matrona o con el profesional sanitario que te atiende para tomar una decisión informada.
Puede que te cueste dormir y tengas que girarte cada dos por tres. Quizá continúen los sueños intensos porque estás asimilando muchas experiencias nuevas antes del parto, que supone la llegada de un nuevo miembro a la familia. Sigue descansando todo lo que puedas. Lo normal es que en estas semanas finales te sientas especialmente pesada y lenta.
Quizá te relaje prepararte para la llegada de otro miembro de la familia llenando el frigorífico de comida. Empieza a pedir a tus amigos y familiares que te lleven comida la primera vez que vayan a visitar al bebé para no tener que estar pendiente de varios niños, un recién nacido y su visita al mismo tiempo.
Suele ser buena idea rebajar tus expectativas las primeras semanas de vida del recién nacido, sobre todo si ya hay varios niños en la familia. Estarán más activos de lo normal cuando su nuevo hermano entre en escena, así que todas las relaciones tendrán que renegociarse. A veces, es el hijo mayor el que reacciona peor y no el de edad más cercana al bebé. Dale tiempo. ¡La situación se calmará tarde o temprano!
A partir de la semana 36 puedes empezar a prepararte para el parto vaginal con masajes perineales. Hay estudios que demuestran que los masajes perineales son muy útiles, sobre todo si te han practicado una cesárea y esta vez te gustaría tener un parto vaginal. Además, pueden reducir la intensidad de los desgarros perineales. Instrucciones para dar un masaje perineal:
· El masaje perineal te lo puedes dar tú misma o dejar que lo haga tu pareja. · Lávate las manos y asegúrate de tener las uñas cortas. · Relájate en un lugar tranquilo y siéntate con las rodillas rectas. Si lo prefieres, apoya la espalda en un almohadón. · Puede ser interesante empezar después de una ducha o baño. · Usa un lubricante, por ejemplo, uno con vitamina E (evita los aceites de frutos secos si eres alérgica). · Introduce el pulgar o pulgares 3 o 4 cm en la vagina. · Presiona en dirección al ano y lateralmente. Aguanta así 1 o 2 minutos hasta que sientas un ligero estiramiento. Con los pulgares, date un masaje lento en la mitad inferior de la vagina. Haz un movimiento de «u» mientras te concentras en la relajación. · A medida que practiques esta técnica notarás que la zona se estira cada vez más.
Intenta repetirlo una o dos veces a la semana. Al principio, puede que te resulte incómodo. Tómate tu tiempo para explorar y conocer tu cuerpo. Ayúdate con un espejo si hace falta. Los masajes en el perineo no implican ningún riesgo, pero no deberías dártelos si tienes candidiasis, herpes vaginal o cualquier otra infección en la vagina, de tipo urinario o varices vulvares.
En la recta final del embarazo, te recomendarán que visites la maternidad donde planeas dar a luz. En función de tu lugar de residencia, encontrarás distintas opciones. El sistema sanitario público dispone de hospitales con distintos niveles de atención según la complejidad de cada caso. En muchas ciudades tendrás la opción de asistir a una visita guiada a la mayoría de hospitales públicos, donde los sanitarios te informarán sobre los protocolos que se aplican en los partos. Durante la visita, tu pareja y tú podéis preguntar vuestras dudas. También existen clínicas, hospitales, maternidades y centros de atención médica en casa que ofrecen asistencia privada.
Pareja
Es normal que se visite más a la matrona y al tocólogo que al comienzo del embarazo para controlar que tanto la mamá como el bebé están bien. También es el momento de que habléis con vuestra matrona sobre lo que pasa por vuestra mente. Por ejemplo, si la futura mamá prefiere una posición más que otra para dar a luz o lo que desea para aliviar el dolor. Es importante que te involucres en estas decisiones para que seas su portavoz durante el parto. Después de todo, tú eres quien mejor conoce a la futura mamá. Escribir el plan de parto juntos puede ser una buena manera de iniciar un diálogo sobre estos temas.
No os olvidéis de sacar fotos de esa preciosa tripa. Pronto será solo un recuerdo.